El mundo está loco, definitivamente loco. Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina.

martes, 7 de junio de 2011

El mapa de la vida.

A estas alturas ya has de saber que la vida es como un paseo en el que, aunque a veces pares a sentarte porque estás cansado, porque ya duelen las ampollas, siempre sigues caminando… y hasta donde te lleven los pies. Y si aún no lo sabías, me encargo yo de decírtelo.
Claro que la vida no es fácil, ¿a alguien le dijeron que lo fuese? Cuando nacemos nos entregan un mapa lleno de líneas, tantas que no se ve lo que hay debajo, para que con el paso del tiempo nosotros mismos seamos capaces de ir borrando las líneas que nos sobran y de ir colocando otras en distintas posiciones. A veces nos equivocaremos y las líneas que habíamos reubicado nos llevarán a lugares que no nos gustarán, pero entonces solo hay que borrarlas y colocarlas en otra dirección, y siempre seguir caminando.
Siempre hay momentos en los que piensas… “Joder, ¿y a mí por qué no me dieron un mapa con las líneas ya trazadas? Así me ahorraría todo el sufrimiento”. Pero párate a pensarlo por un instante y dime, ¿sería interesante? Saber por el camino que debes ir desde el principio, sin cruzarte con piedras o con barrancos, sin ponerte a prueba de vez en cuando para que puedas decir “Sí, yo he podido con esto” (o un simple “Yes, we can”).
Recuerda que lo fácil siempre es tener todo hecho, pero también es lo aburrido.
Lucha, haz y deshaz líneas hasta encontrar el camino correcto, indaga en tu camino y, sobre todo, nunca dejes de caminar, porque lo más bonito de la vida es el último lugar al que te van a llevar tus pies, y eso nadie debería perdérselo.

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